sábado, diciembre 15, 2007

LA CIUDAD y los extraños II

Correr por el Parque Maria Luisa, preguntar por los jardines del Alcazar, apuntarme en la carrera navideña de Sevilla con gorro y camiseta roja, seguir corriendo, hacer pandi con los niños sevillanos, que me bacilan, pero yo les gano, en dos minutos se desfondan. Que no, que no he ido en calesa, ni he dicho traje de gitana, que ya sé que (dígase con acento sevillano) "la camiseta del Sevilla no es un disfraz, es un uniforme, como la sotana para el cura, o el traje para el militar". Y sí, ya sé que es la melva, y la carne mechá, y el morcón y la pringá. Y ya voy sola del Barrio de Santa Cruz al Salvador, y de allí al Arenal, y a la Plaza Nueva, y a San Telmo y a no sé cuantos sitios más. Que me he traido tres castañas de La Campana, y una me la guardas para cuando no me porte mal. Me gusta Sevilla en Navidad, porque encuentro el solecito mágico e invernal, porque me pongo camisa y americana para ir a pasear, porque te inventas tradiciones y me paras en la fuente donde nunca hay que pasar sin besar. Que vuelvo pronto a la ciudad, que esta vez sí que sí vendré con mi cámara de fotos, que te voy a retratar.

 
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