Ayer ella triunfó en la TV francesa y él en nuestro pais, ella aporta la finesse y él la géométrique, ella es la madre buena y él el padre exigente, ella la madre que consuela y él el padre que regaña, ella hecha a la medida de la Francia decadente, subsidiada, paternalista y peterpanista, y él hecho a la medida de las sociedades basadas en el esfuerzo, el mérito y el trabajo. Prefiero a Sarko.
Lo de Sarko es increible. La puesta en escena, sus gestos, su ademán, su traje oscuro de corbarta oscura, su perfil francés. El valor del trabajo, del esfuerzo, del mérito. La responsabilidad de los padres de educar a sus hijos, de los profesores de enseñarles, de los niños de aprender y obedecer. El orgullo de ser francés, la mirada hacia el Mediterráneo, las sociedades libres y valientes. Sarkozy es un genio del siglo XXI y asi será reconocido. Mientras Segolene y el vacío.
Un día de sol sin people. Paseando por Serrano. Pensando en las cosas que se acaban y en aquellas que empiezan. Las noches se llenan de incertidumbre pero las mañanas... Las mañanas son claras, ardientes de brisa fría, ajetreadas. En las mañanas hay gente, llamadas, cosas solucionadas. Esta tarde a soñar con la mañana en el alma. Sarko, esperamos tu llegada.
La desilusión camina despacio y ataca de noche. Vacía bolsillos, duerme alegrías, desnuda esperanzas. La desilusión te espera a la vuelta de la vida, en la acera, en la tarde relajada, con el alma llena y la ilusión vacía. Hay un no sé qué en las cosas que pasan que te dejan muerta. De la noche a la mañana.
No hay que mirar atrás. Ni vértigo, ni pereza, ni incertidumbre. No hay más camino, que aquel en el que siempre triunfamos, no hay más bagaje que la confianza en nosotros mismos, no hay más futuro que el que convertimos todos los días en presente. Debemos dar un paso hacia delante, incluso con los ojos vendados. Que el mundo se alquila a los valientes y se lo alquila barato!
"Entre los dos nos inventamos lo imperfecto
con la apariencia de hacer siempre lo correcto,
que sabe nadie lo que nos pasa por dentro,
a quién le importa
si yo te quiero"
Fragmento de Canción Pequeña de Victor Manuel
Pienso en las cosas que me divierten y entre ellas elijo a la gente. Me divierten los nuevos amigos, los amigos de siempre, la gente despierta, los que las cazan al vuelo, los que hablan en broma y no sabes si lo hacen en serio, los que están siempre al quite, los que me toman el pelo. Me divierte la gente imprevisible, los que me alegran el día, los que no se toman nada demasiado en serio, los que toman distancia de las cosas, y por lo tanto, las entienden de otra forma. Me divierten los que saben salir de su mundo para ver el de todos, los que desoyen el orden lógico de las cosas, los que siempre te siguen la broma, me divierte sobre todos ellos una persona.
La receta para ser feliz de Paulo Coelho son dos: atreverse a ser diferente y conocer gente. Describe esta última como interesarnos por las cosas de las personas que tenemos alrededor, y hablar siempre con todos aquellos que se nos cruzan por la vida. Es cierto que al final lo que nos hace realmente felices es vernos reflejados en nuestros semejantes, y compartir con ellos pedazos de nuestra existencia. Y no le demos más vueltas. A mí me hace feliz sobre todo una persona. Sin ella fui la persona más triste en el lugar más paradisíaco de la tierra.
La vida es elegir. A veces olvidamos esto, y nos dedicamos a esquivar la elección. Entonces la vida se para. Pasan los días sin dejar recuerdo. Me dices que las cosas llevan su tiempo. Cuento los meses, los días, las horas. Es lo mismo, da igual, el tiempo pasa y yo no puedo elegir todavía.
¡No desmayes jamás ante una guerra
de torpe envidia y miserables celos!
¿Qué le importa a la luna, allá en los cielos,
que le ladren los perros de la tierra?
Si alguien aspira a derribarte, yerra
y puede ahorrarse inútiles desvelos;
no tan pronto se abate por los suelos
el Escorial que tu talento encierra.
¿Que no cede el ataque ni un momento?
¿Que a todo trance buscan tu fracaso?
¿Que te cansa el luchar..? ¡No lo disputo!
Mas oye, amigo, este refrán de paso:
¡Se apedrean las plantas que dan fruto!
¿Quién del árbol estéril hace caso?
Marcos Zapata
"He cambiado". Así se presentó Nicolás Sarkozy ante su partido, ante la sociedad francesa, ante el mundo. Se presentó en un escenario sobrio, como le asesoró Cecilia. Se presentó rotundo, inmenso, profundo. Con un discurso grave, serio, maduro. Me impresionan sus mensajes, su manera de contarlos, su aplomo, su ademán fuerte y valiente. Sabe quién es y lo que quiere. No sé si Francia le entiende. No sé si ese discurso histórico es comprendido. No sé si la sociedad francesa, agonizante, adormecida, en decadencia, sabrá reconocer lo que él representa. No sé si ese discurso de esfuerzo y futuro está a la mínima estatura de la actualidad francesa. Y recuerdo su imagen, y esa frase "He cambiado" mientras con la mirada y el cuerpo nos dice: "He cambiado. Y voy a conseguirlo".
Discurso del 14 de enero http://www.sarkozy.fr/press/index.php?lang=fr&cat_id=3
Aunque sabemos que todo lleva su ritmo, no nos resistimos a intentar cambiarlo. La lentitud desespera. Los tiempos que no cuadran, el tiempo que pasa deprisa, las ganas dormidas de tanto esperar el momento. Pero el tiempo a veces nos protege, porque pasa lentamente y nos soluciona cuestiones pendientes. Nada como el tiempo y la distancia para cerrar heridas. Nada como el tiempo para el olvido.
"Se ha portado muy bien. Ha sido una valiente", le dice a él, que espera fuera. Y lo he sido. Las mañanas de hospital son grises, de focos con luz hiriente, frías, de acero. Fuera en la calle la vida trepidante sigue para todos los mortales. Y en el fondo, muy en el fondo, piensas que es un día que te tomas de descanso. Debo estar perdiendo la distancia de las cosas. Mientras, me recupero.