viernes, noviembre 30, 2007

MI VIDA SIN ELLA

Os lo dije, que escribiría un texto de "Mi vida sin ella". Ahora tendré que empezar esa particular cuenta que ella repite ("llevo 20 años trabajando con él") y añadir "llevo seis meses sin trabajar con ella". Mi vida sin ella está hecha de ojeras, moto, creatividad y aprendizaje, llena de nuevos horizones, proyectos e ilusiones, de mano izquierda y derecha, de incertidumbres ante los retos cotidianos, de certezas cuestionadas, de bajar de la nube y subir la montaña. He cambiado el mundo de la prudencia por el del atrevimiento, las líneas rectas por las curvas, las órdenes jerárquicas por los logros individuales, los silencios ante el trabajo bien hecho por el reconocimiento, la compostura por la alegría, el gris por los colores. Y en ese cambio voy encajando poco a poco mis maneras, mis formas, mis pensamientos, alieándolos un poco con el paisaje corporativo. No sale solo. Aquí todo es a base de esfuerzo y talento.

miércoles, noviembre 28, 2007

MIX

El frio que arruga las manos, los éxitos con sabor a fracaso, la vuelta a empezar, las cosas que no nos importan, el calor de la estufa de leña en el comedor, el Presidente del Gobierno, las vidas paralelas, la dualidad vital, las cosas que no comparto, el intermitente antes del giro, el semáforo rojo inorportuno, la risa chocando las frentes, el aperitivo de pie en la cocina, el largo proceso de acostumbrarme al vino, las frases huecas que hay que cumplir, los jarros de agua fría, los horarios que entran y salen sin dejar vivir, que te vengas a Madrid, me piace comme sei, la camiseta de la abeja Maya y el libro de Luis, lo dificil que es ordenar la gente en la cabeza, las tardes ocupadas y las mañanas tempranas, la jerarquía y los organigramas, las fotos bonitas, la horrible planificación de 2008, la Navidad que llega en forma de luces de paz horteras, el mundo que hay entre tu y yo, los perdidos por la noche, las orejas frías de correr, el subidón con bajón, la incomprensión, el early warning, el hard landing y el happy ending. Tú y tu compasiva mirada.

martes, noviembre 06, 2007

GUERRERITA

Me llama guerrerita, quizás porque lo aparento. Guerrerita, imagino, por levantarme con el sol para correr por la playa, y bañarme rápido y desnuda, por ir por la vida sola, sin compañía que me arrope en el entorno, por hablar de Apocalypto y los 300 como películas favoritas, por quedarme exhausta en la noche oyendo la marea y mirando la luna. Los mil y un dolorcitos casi me matan, las rodillas moradas, los golpes y las heridas. Por eso me llamará guerrerita. He estado a punto del desmayo, de la venda, del esguinze y la rotura. Pero he regresado del combate sana y salva. Sonriente, cansada y dolorida. Ausente y soñadora. Feliz a ratos. Cantarina. Guerrerita, tiene su gracia.

domingo, noviembre 04, 2007

LA CHICA que susurraba a la cometa

Nada hay más graficante que vencer un miedo. La paciencia y el tiempo, la confianza y el respeto son el lenguaje de la cometa. La ventana del viento con su cenit, el once, el nueve y la zona de potencia son tu mapa de vuelo. No desconcertar a la cometa la primera norma para ser su dueña o compañera. Y cuando todo era perfecto, revoloteó con sus cinco metros, con fuerza, con rabia, con una potencia desmedida y traicionera, y me llevó al suelo. Y me separé de mi sueño, y me alejé del reto, y me enfadé, por la deslealtad y el castigo de dar una instrucción incorrecta. "Dime que no te gusta, pero miedo no, a la cometa no se le puede tener miedo" Así que poniéndose el sol en la isla, solas maetra y alumna, volvió el kite al cielo, erguido y orgulloso, con su baile fuerte y bello. Y le susurré al oido, me disculpé, me senté en señal de respeto, le pedí que lo intentáramos de nuevo. Nada de hablar del pasado. Un nuevo comienzo. Si la primera frase fue "¿Qué sabes del viento?", la última de la tarde sería "Muy bien, ahora trata de tapar el sol con la cometa..." Un lunes de diario... ¿Se puede oir en una puesta de sol una frase más bella? Y así le perdí el miedo a la cometa.

EL FOTÓGRAFO

Kundera diferencia a las personas entre aquellas que piensan siempre que están bajo la mirada ajena, aquellas que viven pensando en el amante que les mira, aquellas que nunca creen que les están mirando. Añado vivir bajo la mirada espía, distinta, distante de la fotografía. Porque no somos como creemos que somos sino como cree el que nos mira. Dicen que las miradas envejecen, que por eso existen las puertas, los despachos, las cerraduras. Él venía silente, despacio, ausente, observando las presas ajenas a su presencia, felices, libres, sin saber que van a ser capturadas, obligadas para siempre a estar quietas. Y ya de cerca, humano, con el disparo contenido y el arma recogida, ves que te sigue encuadrando. Y si le miras a los ojos cuando habla ves que su pupila se acerca y aleja, se agranda y achica enfocando como un diafragma. Y piensas que es esa la imagen verdadera, la que no se enseña, la que no se enmarca, la que se lleva para guardarla en su memoria. Porque si bien sabes lo que él te muestra, nunca sabrás su imagen preferida, ese momento en que capta tu alma, y la posa, la impregna, la exhibe y la considera propia, trabajo en silencio que a nadie enseña. Y al final, en este siglo de imagen y apariencia, con el paso de los años, su mirada será más poderosa que el recuerdo. Y ganará la batalla de la memoria, que es ganar la batalla de la experiencia y la vida. Y al repasar las imágenes será él quien cuente nuestra historia.

 
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