lunes, septiembre 03, 2007

LA CIUDAD Y LA MOTO

Lo mejor es no llevar falda. Y si la llevas y tiene botones hasta abajo, lo mejor es pensar que el último y más necesario va a saltar. Si la falda es estrecha no podrás poner las piernas a cada lado, y si es ancha volará y volará por el camino para aplauso de los transeuntes. No enseñaba tanto y tan inocentemente mi ropa interior desde que jugaba a los columpios. Si vas toooodos los días por la calle Serrano no vale un día coger otra calle por despiste, como si nada, y darte cuenta cuando piensas que es raro que vaya tan poca gente por la calle Serrano. No vale helarse de frio a las ocho y morirse de calor a las tres. Nadie sabe como hay conductores que te dicen "guapa" con casco a las siete y media de la mañana... pero qué ganas... No hay que responder a las provocaciones de niños sacando la lengua o llamando a la moto "motillo". No vale poner la pata de cabra, pero yo os juro que no puedo con el caballete. No vale mirar al retrovisor y ver tres motos por la derecha y que luego te adelanten por la izquierda. No vale conducir pensando que los de las motos conducen como locos. No vale pensar que quieres ser hombre, porque ellos van tan bien, con sus zapatos planos, su americana y sus pantalones de traje, tan cómodos, tan monos y tan abrigados. Y yo, yo... sólo tan mona... La moto y la urbe, yo y la moto, la urbe y yo.

 
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