jueves, noviembre 09, 2006

LA DISPONIBILIDAD

Llamo para reservar. No hay sitio. No llamaré más. Me gustan los sitios disponibles, esas joyas cotidianas a las que puedes ir en cualquier momento. Me gustan los días de diario, porque esto siempre es posible, no me gustan los fines de semana, siempre indisponibles. Las cosas pierden valor cuando me hacen esperar.
Para otros crece la expectación. Para mí el aburrimiento. Así que me quedo con los sitios disponibles, y la gente disponible, siempre al otro lado de la calle, siempre al otro lado del teléfono, siempre en el brunch, en la merienda, en las copas de diario, en esos momentos extraños.

 
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