La palabra DESCONCIERTO

Me gusta la palabra desconcierto. Es una sensación difícil de explicar. Lo intentaré. Un día, en una Junta Directiva Regional del PP de Madrid, el Alcalde Álvarez del Manzano (ya no era alcalde, pero como los expresidentes, conserva el título) estaba sentado en la primera fila. Enfrente, Esperanza presidía la reunión. Antes de empezar y mientras se callaba el auditorio, el Alcalde aprovechó para decir en voz baja: "Esperanza, espero que no te importe pero a las ocho tengo que irme. Si no me das permiso, a las ocho, cuando estés hablando, me levantaré y diré en voz alta: ¡esto es intolerable! y me iré". Esperanza se moría de la risa. Si hubiera sido así, y a las ocho hubiéramos visto al siempre comedido, prudente y agradable Alcalde abandonar la sala de esa forma, eso, hubiera sido desconcierto.